A veces sucede que visitamos la consulta del doctor y este nos dice que gozamos de buena salud y que todos los análisis han salido correctos, pero cuando nos miramos al espejo comprobamos que nuestro cuerpo no es lo firme, terso o tonificado que deseamos.
La tendencia fit llegó para quedarse y por eso somos más exigentes en cuanto a nuestra imagen corporal. La salud sigue siendo prioritaria pero cada vez es más importante para nosotros el vernos y sentirnos bien. Por esta razón los especialistas crean tratamientos personales para cada paciente trabajando a favor de la nutrición estética.
¿Qué es la nutrición estética?
La nutrición estética trata la estética y la salud por medio de la alimentación y modificación del estilo de vida. Su objetivo es el de atrasar el proceso de envejecimiento del cuerpo, alargando la juventud de este.
Esta disciplina surge tras la tendencia del culto a la belleza y la vida saludable e involucra el análisis e intervención durante todo el proceso de la alimentación, desde la misma compra de la comida, la preparación de menús y su consumo, hasta la eficacia o practicidad del conjunto.
Es un concepto innovador que demuestra que una alimentación equilibrada es de gran importancia para la salud, pero también para factores estéticos como la reducción de grasa, la definición muscular o la firmeza de la piel.
Claves
Relación entre nutrición y alimentación: alimentarse es un acto consciente donde ingerimos alimentos en el cuerpo. Estos están formados por distintas sustancias básicas que ofrecen la energía necesaria para nuestro organismo. Se trata de los llamados nutrientes, que aparecen en solitario o en cantidades en los alimentos.
Nutrientes: son moléculas que forman los alimentos y desarrollan tareas en las células de nuestro cuerpo. Estos son proteínas, glúcidos, lípidos, etc.
El agua: estamos hablando de tres cuartos de nuestro peso puesto que aparece en todos los alimentos. No da energía, pero es necesaria para el organismo.
Los glúcidos: más conocidos como hidratos de carbono, son los encargados de darnos energía. Existen los glúcidos simples como la fructosa y la sacarosa y los glúcidos complejos o polisacáridos que se encuentran en legumbres, harinas o patatas.
Los lípidos: comúnmente llamadas grasas, son pura energía. Aparecen en todas las membranas celulares. La mayoría de las grasas en los alimentos son triglicéridos.
Las proteínas: los aminoácidos forman las moléculas llamadas proteínas. Hay hasta 20 diferentes tipos de aminoácido y su función es principalmente la estructural.
Las vitaminas: son sustancias químicas que no aportan ninguna energía pero que son imprescindibles, tanto las liposolubles como las hidrosolubles.
Las sales minerales: tampoco producen energía, pero su ausencia puede devenir en enfermedades. El cuerpo no las fabrica, pero tienen tareas muy específicas.
Alimentos funcionales: son los que han sufrido algún tipo de modificación añadiendo alguna sustancia que ayude al organismo. Existen los probióticos que son microorganismos como la lavadura, y los prebióticos no digeribles, que ayudan en la aparición de bacterias intestinales.
Beneficios de las vitaminas: la vitamina B se encarga del buen funcionamiento de la piel, el pelo y las uñas, mientras que la vitamina E (tocoferol) goza de una gran capacidad antioxidante siendo muy útil por ejemplo para la recuperación de una excesiva exposición solar.
Beneficios
- Pérdida de peso y mantenimiento posterior: el peso irá bajando al seguir una dieta y mantenerlo mediante la educación nutricional.
- Moderación al comer: la nutrición estética no restringe alimentos, sino que nos enseña a saber cuándo es el mejor momento para consumirlo y con cuánta frecuencia.
- Bajada de los niveles de estrés: aprenderemos a tomar las decisiones óptimas de cara a escoger qué alimentos comer, aumentando así nuestra autoestima.
- Control de conductas compulsivas: al manejar los conceptos de ingesta calórica haremos diferencia entre comer con necesidad o sin ella.
Nutrición estética en periodo postoperatorio
A veces escogemos una dieta hipocalórica cuando vamos a ser intervenidos quirúrgicamente, lo que es un error porque dejamos al organismo sin los nutrientes básicos para la posterior regeneración de los tejidos.
En una operación, el cuerpo está expuesto a cambios inflamatorios que requieren de una nutrición correcta para tener una defensa adecuada. Es importante llevar una dieta saludable no solo antes sino después de la operación, lo cual acortará el tiempo de recuperación.
Sin una nutrición inteligente, el cuerpo corre mayores riesgos de adquirir alguna infección afectando también en la curación de las heridas. Puede dar lugar a úlceras en la piel y crecimiento bacteriano que dificulten la regeneración del tejido.
También cuando se trata de lesiones deportivas que han necesitado de cirugía, la nutrición estética cobra un papel crucial. El deportista ha de seguir una alimentación equilibrada para acelerar la recuperación. De este modo también ayudará a la cicatrización de las heridas y el cuidado de huesos y músculos.
Después de la cirugía es recomendable ingerir más proteínas de modo que colaboren en el fortalecimiento del sistema inmune. La cantidad mínima sería la de un gramo por kilo corporal. Las proteínas son fundamentales en la formación de vasos sanguíneos y el colágeno necesario para la cicatrización de heridas.
Son importantes también las vitaminas A y E que podemos encontrarlas en frutas, calabazas, zanahorias y trigo. La vitamina C es fundamental para la cicatrización, por lo cual se recomienda la ingesta de un gramo al día.
Otros elementos importantes en la nutrición estética postoperatoria que debemos tener presentes son el magnesio, el hierro, el selenio y el cinc, que podemos extraer de mariscos, huevos, frutos secos y legumbres.
Consecuencias de una mala nutrición estética
Los resultados de una deficiente nutrición provocan en primer lugar infecciones y dolor.
Muchos pacientes con una incorrecta alimentación que son dados de alta suelen encontrarse con problemas posteriores, teniendo que regresar al hospital en unas semanas.
Una disminución de la respuesta inmune de nuestro organismo es otra de las consecuencias de esa mala nutrición. También pueden surgir edemas, atrofia muscular o hipotonía intestinal.