La lipoescultura o lipofilling es uno de los tratamientos estéticos más demandados en la actualidad. Sus orígenes se sitúan muchos años atrás, pero fue en 1994 cuando el cirujano Sydney Coleman reinventó esta técnica con el objetivo de esculpir los contornos corporales. Si estás pensando en someterte a este procedimiento y buscas el mejor cirujano plástico en Madrid para preguntarle todas tus dudas, debes saber que esta técnica permite dar volumen a zonas deprimidas y atrofiadas mediante rellenos con el tejido graso previamente extraído del propio paciente.
El Doctor Coleman no inventó está técnica, pero realmente revolucionó el procedimiento consiguiendo mejorar los resultados a largo plazo. Hasta la fecha, el tipo de relleno que se aplicaba no permitía conseguir resultados permanentes y, además, eran impredecibles. La mayor parte de las veces, la grasa injertada era reabsorbida por el organismo y creaba contornos irregulares. Por su parte Coleman ideó un nuevo tratamiento para la extracción de la grasa que contribuyó a la mejora de la aplicación de la lipoescultura.
La técnica desarrollada por este cirujano consiste en extraer la grasa del paciente introduciendo la cánula lo más profundo posible y repitiendo el movimiento de abajo a arriba. De este modo, desde la profundidad a la superficie se atraviesan varias capas de células, lo que permite que los adipocitos se depositen de forma adecuada, de forma que el organismo lo admita como tejido propio.
Una de las grandes ventajas de la lipoestructura es que el tejido adiposo mimetiza las células madre regenerativas obtenidas de la extracción de grasa del paciente con otros tejidos del organismo. Otra cuestión relevante, es que estamos trabajando con sustancias obtenidas del propio paciente lo que reduce el riesgo de que desarrolle una alergia o rechazo.
El Doctor Díaz Gutiérrez destaca que este procedimiento permite obtener resultados notables y naturales, que pueden llegar a ser muy duraderos. La técnica de Coleman contempla, además de la extracción de grasa, la centrifugación de la misma para depurarla y aislar los adipocitos de las células madre. La grasa puede inyectarse en diferentes zonas corporales, como para darle volumen a los pómulos, a los labios, a los glúteos o, incluso a las mamas.