Son muchas las pacientes que quieren someterse a una cirugía de aumento de pecho, y que no son conscientes de que padecen mamas tuberosas o tubulares. Saben que sus pechos son diferentes y buscan una solución. Normalmente, esta patología toma la forma de unas mamas pequeñas, asimétricas y alargadas, y, aunque no perjudican a la salud, sí que generan un gran impacto emocional y psicológico.
Para tratar los pechos tuberosos es necesario hacer una evaluación personalizada de la paciente antes de realizar una cirugía, puesto que no todos los casos son iguales. De hecho, hay una clasificación en grados de la mama tuberosa, para entender los diferentes tipos de deformaciones.
Las malformación en los pechos puede afectar a una o a las dos mamas, y en los casos más leves puede incluso pasar desapercibida por la paciente. Es muy importante hacer un diagnóstico adecuado, puesto que, de no ser así, la cirugía de aumento de pecho puede ser deficiente y llevar a posibles complicaciones a posteriori. En función de cómo sea la deformidad del pecho el tratamiento puede variar, y para los diferentes tipos de deformidad hay una clasificación en grados, para la que se utiliza el sistema de “Von Heimburg”:
En todos los grados generalmente la areola suele estar herniada y agrandada, suele existir asimetría y los pechos suelen estar muy separados.
En la consulta del Dr. Díaz Gutiérrez, ante una solicitud de aumento de pecho, evaluamos la forma del pecho de la paciente e informamos de la presencia de una mama tuberosa en caso de estar ante un caso de estas características, así como del grado de deformidad de la misma. A partir de ahí, presentamos todas las posibles soluciones y unas expectativas reales de los resultados.