Son muchas las pacientes que acuden a consulta para recibir asesoramiento sobre la cirugía de aumento de pecho cuando su problema está relacionado con la mama tuberosa. Hablamos de una malformación en uno o ambos senos que lleva a las mujeres a plantearse un cambio, una intervención de cirugía estética que les permita mejorar su busto y recuperar su autoestima. Aunque el tratamiento es parecido, en estos casos habrá que tener otras cuestiones en cuenta.
¿Quieres saber si tienes un problema de mamas tuberosas?
Detectarlo puede ser más sencillo de lo que parece, la mejor manera de hacernos una idea sobre si padecemos esta malformación será responder a tres cuestiones clave:
- ¿El pecho es pequeño y con areola prominente?
- ¿Tu pecho presenta forma de tubo?
- ¿Tienes un pecho poco desarrollado o de forma asimétrica?
Si has respondido de forma afirmativa a dos de las tres preguntas anteriores, es probable que hayas desarrollado mamas tuberosas. Tranquila, un cirujano plástico puede ayudarte a tener unas mamas con un volumen o una forma más acorde con tu silueta.
Hablamos de un problema que se relaciona con un desarrollo anómalo de las mamas, un fallo en el desarrollo de la glándula mamaria, que suele influir en sus dimensiones. Generalmente se crea una especie de anillo constrictor que impide un desarrollo normal de los senos, finalmente este suele darse por la piel de la areola y el pezón ya que es mucho más fina.
El Doctor Díaz Gutiérrez, cirujano plástico en Madrid, siempre explica a sus pacientes cuáles son las principales características de este tipo de mamas:
- Son pechos más bien pequeños o poco desarrollados.
- La areola suele ser grande o tener una forma dilatada, resultando extraña en comparación con la mama.
- También suelen presentar una forma asimétrica. Pueden estar muy separadas y tener las areolas localizadas en los laterales de los pechos.
- Pueden presentar ausencia de desarrollo del polo inferior, creando una apariencia de mama tubular.
- El desarrollo de la parte superior también puede ser mínimo o incluso nulo.
Sin embargo, el aumento de pecho no es la mejor solución para estas pacientes ya que, en algunos casos, puede llegar incluso a agravar el problema. Lo más habitual es proceder a la reducción de la areola, redistribuir la división glandular, eliminar el anillo constructor y, finalmente, aumentar el tamaño de las mamas.