Vivimos deprisa, con jornadas maratonianas de trabajo y mil actividades extra. Las tareas domésticas y las reuniones familiares terminan por ocupar la mayor parte de nuestro tiempo libre. El tiempo es, precisamente, lo que no nos sobra. Comemos rápido y, generalmente, mal. El ritmo frenético de la sociedad actual y los hábitos poco saludables pueden terminar por cambiar la forma de nuestro cuerpo de forma negativa. Una de las consecuencias más frecuentes es la presencia de grasa en algunas zonas localizadas, como el abdomen.
En nuestra clínica, donde practicamos la técnica de la abdominoplastia en Madrid, sabemos bien que la medicina estética puede ayudarnos a remodelar la figura, pero también es necesario poner de nuestra parte para que el cambio sea tal y como lo imaginamos. En concreto, este procedimiento quirúrgico es una gran opción para acabar con los cúmulos de grasa en la zona abdominal, pero la alimentación será la clave para mantener los resultados en el tiempo.
Antes de la intervención es muy importante que el cuerpo esté debidamente nutrido e hidratado. Empezar por modificar nuestros hábitos antes de pasar por el quirófano es la mejor forma de apostar por un cambio real. También es importante dejar de fumar los días previos y posteriores a la operación, ya que el tabaco puede perjudicar el proceso de cicatrización. Una dieta sana será básica después de este tratamiento para mantener el equilibrio entre el índice de masa corporal y la grasa. Si no sabes muy bien por dónde empezar, estas son nuestras recomendaciones.
Mucha fibra
Sin duda, es la mejor manera de reactivar el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento. Una de las mejores maneras de eliminar líquidos y sentirnos más ligeros.
Moderación con la carne
La dieta debe ser equilibrada y la carne nos aporta proteínas, necesarias tras una intervención quirúrgica, pero es aconsejable no abusar.
Importancia del hierro y del zinc
El hierro ayuda a recuperar glóbulos rojos y la coloración natural de la piel. Lo encontraremos en el pescado, el pavo, las lentejas y muchos otros alimentos saludables. En cuanto al zinc, es necesario para la reparación de los tejidos. La calabaza, el hígado o el salvado de trigo son ricos en este nutriente.
Vítamina C
Mejora el proceso de cicatrización y contribuye al mantenimiento de los vasos sanguíneos y los cartílagos. También, favorece la eliminación de las toxinas y combate las bacterias. Algunas frutas como la naranja, el pomelo, el kiwi o las fresas nos aportan una buena dosis de esta vitamina.
El Doctor Díaz Gutiérrez siempre recomienda hacer varias comidas al día, con pequeñas cantidades, pero más veces al día. De este modo, evitamos llegar a la comida o a la cena con demasiada hambre y comer grandes raciones muy rápidamente.