La gigantomastia hace referencia a una anomalía poco frecuente que se caracteriza por un crecimiento excesivo de las mamas. Si hablas con cualquier cirujano plástico en Madrid te dirá que la mayoría de las mujeres españolas no se encuentran cómodas con el tamaño o la forma de sus senos. De hecho, la mamoplastia de aumento es una de las más demandadas en nuestro país. Sin embargo, en algunos casos esta parte de la anatomía aumenta de forma desproporcionada causando un problema estético, pero también molestias en la espalda.
Esta patología puede aparecer a cualquier edad, en la pubertad, durante el embarazo y también puede ser consecuencia de la ingesta de determinados medicamentos. Aunque no existe una definición como tal para este problema, muchos expertos coinciden en señalar que se produce un crecimiento exagerado del tejido mamario. Un problema de gigantomastia se diagnostica cuando la intervención de reducción debe extraer más de 1500 gramos de tejido por mama.
Aunque las causas reales por las que se provoca esta anomalía se desconocen, podemos señalar que suelen estar involucrados agentes hormonales o hereditarios. También se ha relacionado, en los últimos años, con el consumo de determinados medicamentos. En cualquier caso, las mamas de proporciones elevadas suelen ser el desencadenante de una liberación excesiva de hormonas endocrinológicas, como el estrógeno o la prolactina.
Tipos de gigantomastia
Además, podemos apuntar que la mayor parte de los casos de esta patología se desarrollan durante el embarazo o la pubertad.
Bilateral
El crecimiento se desarrolla en ambos senos. Aunque se han dado casos de gigantomastia gestacional unilateral, que se producen como consecuencia del aumento de una mama sobre la otra por las hormonas circulantes.
Gestacional
Cuando la anomalía aparece en el embarazo el problema suele desaparecer, por sí solo, tras el parto. Si la malformación persiste es recomendable consultar con un especialista para analizar la viabilidad de un posible tratamiento.
Juvenil
La adolescencia puede ser una etapa dura para las jóvenes que, generalmente, se sienten acomplejadas ante los cambios que experimenta su cuerpo. Los pechos son una parte de nuestra anatomía que más inseguridad genera a ciertas edades. Durante estos años también es habitual que aparezcan problemas de ginecomastia que pueden ir acompañados de dolor en los senos, manchas de color rojizo o picazón.
El Doctor Díaz Gutiérrez destaca la necesidad de un diagnóstico adecuado para lo que serán necesarias varias pruebas serológicas que nos permitan determinar los niveles hormonales y electrolíticos en el paciente. Si el resultado es negativo, se planteará un examen genético para determinar las causas. En cualquier caso, el tratamiento más aplicado para contrarrestar el tamaño excesivo de los senos será la reducción mamaria.