El lipedema, también conocido como síndrome de las piernas de elefante, es un problema que ocasiona una acumulación exagerada de grasa y líquidos en las extremidades inferiores. Puede afectar sólo a la parte inferior de las piernas, pero también puede alcanzar los muslos e, incluso, los glúteos. Lo curioso es que no afecta a los pies; el problema comienza de los tobillos hacia arriba. Si crees que puedes ser víctima de este mal puedes ponerte en manos de un cirujano plástico en Madrid o en cualquier otro lugar para que realice un diagnóstico adecuado.
Esta patología sólo se da en mujeres y sus causas están relacionadas con un desajuste hormonal. La acumulación de grasa y líquido puede hacer que este problema se confunda con la piel de naranja, pero no tienen nada que ver entre sí. Para entenderlo mejor es necesario saber que las personas tenemos dos capas de grasa corporal debajo de la piel: la superficial y la profunda. Ambas se encuentran separadas por una membrana que recibe el nombre de fascia superficialis.
Cuando aparece la temida celulitis es consecuencia de un cúmulo de grasa en la superficie. Entre las células grasas existen unas pequeñas paredes fibrosas, que son las que originan la piel de naranja al acumular líquidos. La gran diferencia entre la celulitis y el lipedema es que en el último caso los cúmulos se producen tanto a nivel superficial como profundo. El problema reside en que es un mal patológico que obliga a las células grasas a acumular más sustancia de la que pueden tolerar.
Cómo tratar un lipedema
El tratamiento para acabar con este problema estético abarca distintas medidas. Es decir, combinará varias técnicas, tanto quirúrgicas como no quirúrgicas. Estas deben aplicarse conjuntamente, ya que únicamente con tratamientos no quirúrgicos no se conseguirán los mismos resultados. La mejor forma de corregir un lipedema será someterse a una liposucción que nos permita retirar la grasa acumulada que está originando el problema.
El Doctor Díaz Gutiérrez, cirujano plástico en Madrid, recomienda algunas prácticas complementarias a sus pacientes para mantener los buenos resultados en el tiempo. Mantener una dieta variada y realizar ejercicio físico con frecuencia puede ayudar a controlar el problema, evitando que vaya a más. Además, las medias de compresión favorecen la liberación de líquidos en las extremidades inferiores, lo cual es recomendable en estos casos.