La grasa localizada puede convertirse en un auténtico problema para los pacientes que lo padecen. La remodelación de la figura es una de las cuestiones clave en medicina estética. Todos soñamos con un cuerpo proporcionado. De hecho, la lipoescultura es una de las intervenciones estéticas más realizadas en el mundo. Pero, sobre todo, hablamos de un procedimiento con una elevada tasa de satisfacción. Sin embargo, todavía suscita muchas dudas sobre cuáles son las diferencias entre este tratamiento y una liposucción.
El objetivo de una lipoescultura no es otro que reorganizar los depósitos de grasa localizada en varios puntos del cuerpo. En este caso, el cirujano los pule y corrige las irregularidades que pueden crear una apariencia corporal desproporcionada. En este caso la extracción de la grasa se realiza mediante succión. Entre las zonas que suelen verse más afectadas se encuentran: el abdomen, las caderas, la cintura, los flancos, la papada, la espalda, los brazos, los muslos, rodillas o tobillos. Tras su extracción esta grasa puede utilizarse para dar volumen a otras partes corporales como los labios, pechos o glúteos.
Si bien es cierto que es importante señalar que ni la liposucción ni la lipoescultura son tratamientos para adelgazar o perder peso. Hablamos de una técnica que debe complementarse con una dieta equilibrada y una vida sana en la que se realiza ejercicio con asiduidad. En cualquier caso, ambas técnicas responden a conceptos diferentes, aunque el objetivo y los resultados son bastante similares.
La liposucción consiste en disolver la grasa sobrante acumulada en zonas localizadas para poder extraerla mediante el procedimiento de succión. Para lograr la extracción se utilizan cánulas de diferentes tamaños y diámetros. Si tenemos en cuenta esta definición nos daremos cuenta de que la lipoescultura es un proceso más de la liposucción. La extracción de grasa permite reducir el volumen de zonas donde no es necesario para dárselo a otras deprimidas o donde no nos importaría ganarlo.
El Doctor Díaz Gutiérrez, cirujano plástico en Madrid, señala que son varios los procedimientos de relleno en los que se puede utilizar la grasa propia del paciente: aumento de pecho, de glúteos, rellenos faciales o de pantorrilla. En cualquier caso, siempre habrá que valorar cada caso para determinar cuál será el tratamiento más adecuado para conseguir los mejores resultados.