Hoy hablamos de una intervención estética que consigue reducir el volumen de la parte superior de los brazos y eliminar la piel flácida que se puede descolgar en la cara interna. Cualquier cirujano plástico en Madrid conoce esta técnica que, además, permite minimizar la grasa localizada en esta parte de nuestra anatomía. La braquiroplastia está indicada para pacientes con bastante grasa localizada en los brazos y con piel descolgada.
Es una de las técnicas más demandadas, sobre todo en el caso de las mujeres. La apariencia de esta zona corporal sufre cambios con el paso de los años. La fuerza de la gravedad hace de las suyas con la piel de los brazos, que van perdiendo elasticidad y tersura con el tiempo. Además, los brazos también se ven afectados por los cúmulos de grasa localizada, siendo muy complicada su eliminación.
Otra causa para el mal estado de la piel en los brazos son los cambios bruscos de peso. El volumen de la zona se va alterado en un corto espacio de tiempo y la piel no recupera su posición, quedando flácida y generando una imagen peculiar.
De hecho, esta técnica es recomendable en los casos con mayor descolgamiento cutáneo. Los resultados serán mucho más notables en los casos más severos y contribuyen a devolver el bienestar y la seguridad a los pacientes que se decantan por la braquioplastia.
La intervención se lleva a cabo con anestesia general y puede dejar pequeñas cicatrices, aunque al localizarse en la cara interna del brazo se reduce la su visibilidad de la misma. La recuperación es rápida y asequible, pero habrá que cuidar mucho la piel para minimizar su apariencia.
En primer lugar, el cirujano plástico hará un diagnóstico del caso y asesorará sobre el mejor tratamiento. Se pueden realizar tres tipos de incisiones en función del problema concreto de cada paciente y las necesidades específicas que presentan.
El Doctor Díaz Gutiérrez siempre recomienda a sus pacientes llevar una faja en la zona tratada durante unas semanas. Habrá que prestar especial atención a las incisiones para que las cicatrices sean lo menos visibles posible. La recuperación es rápida y los resultados, prácticamente, inmediatos. Tras la intervención, el paciente puede comenzar a hacer ejercicio a las tres semanas, aunque es aconsejable que espere seis para levantar pesas con los brazos.