El sudor es un mecanismo compensatorio del organismo para mantener la temperatura corporal y enfriar la piel. Cuando este es excesivo y no hay razón física aparente, hablamos de hiperhidrosis, un tipo de sudoración patológica. Un cuadro en el que la sudoración aparece de forma aleatoria, con independencia de la temperatura. También se la llama “hiperhidrosis primaria” o “sudoración emocional”.
Hablamos de hiperhidrosis cuando, aunque por ejemplo haga frío o no se esté haciendo ejercicio, se suda de forma abundante por las axilas, las plantas de los pies, de las manos o la cara.
Un problema frecuente
La sudoración excesiva tiene un importante componente emocional. Se desencadena por estímulos de estrés mínimos (ansiedad, tener que hablar en público….) y es un problema relativamente frecuente. Se calcula que en España un 3% de la población padece hiperhidrosis axilar o palmar. No suele revestir gravedad, pero interfiere en la calidad de vida.
¿Por qué se produce?
Se desconoce su origen pero lo que sí se sabe es que una sudoración que no sigue las vías neurológicas habituales. En una situación normal, al elevarse la temperatura de los receptores situados en la piel y en los órganos internos, las vías nerviosas transmiten un mensaje al centro termorregulador del cerebro que pone en marcha mecanismos para corregir ese desequilibrio. Por ejemplo, dilatando los vasos en la piel (vasodilatación periférica) y generando sudor.
¿Qué es la hiperhidrosis palmar?
La hiperhidrosis palmar es la sudoración excesiva en las manos y afecta a más del 3% de la población.
Las personas que padecen este problema no solo producen sudor en mayor cantidad, sino de forma impredecible, independientemente de la temperatura ambiental o de la actividad que se esté realizando.
El tratamiento
– Toxina botulínica (bótox): en la consulta del Doctor Díaz Gutiérrez, cirujano plástico en Madrid es el tratamiento de referencia para combatir la hiperhidrosis. Es seguro y eficaz en casi el 100% de los pacientes. Si la zona afectada es la palma de las manos también se puede inyectar, pero los resultados siempre serán mejores en la axila. También se puede emplear en casos de hiperhidrosis facial.
– Antisudorales: minimizan el olor y limitan la sudoración. Los más conocidos son las sales de aluminio. Su eficacia es limitada y no funcionan en todos los pacientes.
– Iontoforesis: es otro tratamiento tópico que consiste en la aplicación de corrientes eléctricas a través de un aparato especial.
– Cirugía: la intervención se conoce como “simpatectomía transtorácica” y consiste en extirpar los ganglios que estimulan la sudoración. Puede aparecer un efecto secundario llamado hiperhidrosis compensatoria.