Existen una amplia gama de procedimientos estéticos disponibles para que podamos corregir o mejorar nuestra imagen. La otoplastia es una cirugía plástica cosmética, es decir, un procedimiento electivo que te permitirá cambiar el tamaño, la posición e incluso la forma de las orejas después de que hayan alcanzado el que será su tamaño definitivo.
Normalmente es realizada cuando se desea disminuir el efecto de orejas grandes que se presenta cuando el pabellón está muy separado de la cabeza. En muchos casos también permite dar un efecto de simetría en ambas orejas.
Este procedimiento puede realizarse a cualquier edad, incluso en la niñez, para aportar en el tratamiento de problemas psicológicos que pueda presentar el niño por su apariencia; sin embargo, este tipo de casos deben estar acompañados por procesos de evaluación y seguimiento psicológico.
Para adolescentes y adultos este tipo de procedimiento normalmente es considerado seguro con una duración aproximada de una hora, con una recuperación entre los 5 y 10 días hasta la reincorporación en las actividades cotidianas.
El proceso de la otoplastia se ajusta a la necesidad de cada paciente, de forma general el procedimiento consiste en la realización de unas incisiones, bien sea en la parte de atrás de las orejas o en sus pliegues internos.
A través de ellas el medico elimina los excesos de cartílago y de piel existentes. Posteriormente, dobla el cartílago a la posición que se ha considerado correcta para el paciente y procederá a fijarlo con puntos internos.
Al culminar, el cirujano cierra las incisiones y se procede al vendaje de la zona.
Es importante tener en cuenta que como toda cirugía, existen algunos posibles riesgos después de la intervención, por lo tanto, les compartimos algunos consejos importantes para evitar inconvenientes y tener un proceso de recuperación rápido e indoloro: