La rinoplastia es una de las intervenciones de cirugía estética más demandadas. Gracias a los últimos avances técnicos, la técnica ha evolucionado hacia una rinoplastia ultrasónica más precisa y menos dolorosa que la tradicional. Mediante los ultrasonidos, podemos corregir las estructuras óseas y remodelar el perfil de la nariz sin dañar los vasos sanguíneos y los tejidos blandos, y la recuperación es más rápida y llevadera para el paciente.
Rinoplastia ultrasónica, una técnica más precisa
La rinoplastia ultrasónica es una solución menos invasiva y con un postoperatorio menor. Presenta una serie de ventajas frente a la técnica más tradicional:
- Ofrece una mayor precisión: permite remodelar el hueso de la nariz de forma más precisa, así como corregir los defectos sin la aparición de posibles fracturas, incluso en los huesos más inestables y frágiles.
- No daña tejidos y vasos sanguíneos: la técnica se lleva a cabo mediante una leve incisión, utilizando una sonda de ultrasonidos que permite corregir las estructuras óseas de la nariz, darle forma y mejorar su perfil. Todo ello sin daños en los tejidos blandos ni en los vasos sanguíneos, como comentábamos anteriormente.
- El traumatismo es menor: los efectos secundarios que aparecen en la rinoplastia tradicional, como edemas, moretones e inflamación, se ven reducidos en gran medida.
- Un resultado más natural y estable: permite hacer rinoplastias con menos irregularidades y corregir algunos defectos como las narices voluptuosas, por ejemplo, ofreciendo un resultado muy natural.
- Una recuperación más rápida: al haber un menor traumatismo, el postoperatorio es menor y más llevadero, y el paciente puede volver a su vida rutinaria más rápido.
Se trata de una técnica revolucionaria que realizamos en la clínica del Dr. Díaz Gutiérrez, muy utilizada para corregir protuberancias, asimetrías y otras irregularidades de la nariz.
¿En qué casos se aplica? La rinoplastia ultrasónica se utiliza para modificar el dorso de la nariz o cambiar su tamaño, reestructurar la punta, estrechar los orificios nasales, mejorar desviaciones, mejorar la respiración, y para corregir algunos defectos congénitos o adquiridos. La técnica puede ser especialmente útil en casos como una nariz dura grande, una rinoplastia secundaria con fibrosis, e incluso en huesos que son más inestables o frágiles.