Es habitual sudar en exceso al realizar ejercicios, esfuerzos, en lugares con altas temperaturas, o incluso al sufrir situaciones de ansiedad o de estrés, por ejemplo. Sin embargo, hay personas que sufren de un sudor que va más allá, una hipersudoración que les afecta de forma espontánea en cualquier circunstancia. Esta patología recibe el nombre de hiperhidrosis y existen para ella diferentes tipos de tratamientos en función de su origen.
Hay dos tipos de hipersudoración. Por un lado, está la hiperhidrosis primaria, que afecta, normalmente, a zonas específicas como las axilas, las palmas de las manos o la cara, entre otras. No se sabe por qué aparece y puede ser hereditaria. Por otro lado, está la hiperhidrosis secundaria, que puede también poner el foco en una única zona, o tratarse de una sudoración generalizada, afectando a la mayor parte del cuerpo. En este caso, es posible que se trate de una consecuencia de alguna otra enfermedad, como un tumor, diabetes mellitus, una insuficiencia respiratoria o alteraciones en la tiroides, por ejemplo.
Tratamientos de la hipersudoración
Existen diferentes tipos de tratamientos en función del tipo y la gravedad de la hiperhidrosis, que van desde la toma de medicamentos, la aplicación de sustancias antitranspirantes, hasta la cirugía, en algunos casos. Sin embargo, si hay uno que destaca por su eficacia y que aplicamos en la clínica del Dr. Díaz Gutiérrez, es la toxina botulínica o bótox. Se trata de un tratamiento no invasivo que corrige la producción excesiva de sudor. Es indoloro y no requiere de la aplicación de anestesia.
¿Cómo es exactamente este tratamiento para la hipersudoración? Consiste en inyectar con agujas muy finas y de forma subcutánea en la zona afectada, pequeñas dosis de bótox. Estas bloquean las señales nerviosas que envían órdenes a las glándulas sudoríparas para producir el sudor. Los efectos de la toxina botulínica comienzan a notarse unos dos o tres días después del tratamiento, aproximadamente.
Es una solución rápida para la hipersudoración, y que no afecta a la vida cotidiana, puesto que el paciente podrá retomar su rutina diaria de forma prácticamente inmediata. El resultado es una reducción de la producción del sudor. El tratamiento incluso puede eliminar el exceso de sudoración por completo.
Lo más recomendado, es aplicar la toxina botulínica en las zonas afectadas cada seis o doce meses, dependiendo de cada caso. Hay que tener en cuenta, que la hipersudoración puede traer consecuencias muy negativas e incluso llegar a afectar en el día a día de las personas. Por eso, en la clínica del Dr. Díaz Gutiérrez apostamos por soluciones efectivas que permiten devolver la comodidad, la confianza y la seguridad a nuestros pacientes.