La nariz es la parte central del óvalo facial y, por ello, cuenta con una gran importancia en cuanto a la armonía estética de la cara. Puede responder a muchas formas distintas: chata, romana, griega, respingona, etc. La cirugía de nariz es una de las más extendidas en nuestro país, pero antes de elegir la clínica en la que te vas a someter a esta intervención, debes tener en cuenta que aquellas que disponen de un simulador de rinoplastia te ofrecen una expectativa más real de lo que te encontrarás tras pasar por el quirófano.
La rinoplastia es una de las cirugías estéticas más comunes dentro de nuestras fronteras. Según la información facilitada por la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), es la cuarta cirugía plástica más realizada. Uno de cada 10.000 españoles decide retocarse la nariz. Si bien es cierto que los pacientes que se decantan por este tratamiento son, mayoritariamente, mujeres, esto no quiere decir que los hombres no le den importancia a la apariencia de su nariz. Son muchos los que deciden mejorar su aspecto estético.
Existen varios factores por los que someterse a este tipo de intervención, no sólo para mejorar la armonía del óvalo facial. En muchos casos, es una cuestión necesaria para mejorar el estado de salud o la calidad de vida del paciente. Puede llevarse a cabo para acabar con un problema respiratorio o para restaurar la autoestima de una persona que se siente acomplejada.
El cirujano plástico en Madrid que realiza la operación puede basarse en tres cambios: la simetría de la nariz, la forma de la misma o en su tamaño. El cambio puede ser sorprendente y, aunque natural, contribuirá a mejorar la armonía de la expresión facial. Según un estudio de la Universidad de St. Andrews en Escocia, la simetría facial se concibe como un marcador de la genética y puede resultar determinante en la impresión que causamos a los demás.
El Doctor Díaz Gutiérrez cuenta con una gran experiencia en este tipo de tratamientos, una cuestión que influirá en el resultado final de la intervención. Con este procedimiento se puede modificar la forma de la punta de la nariz o del puente, aumentar o reducir el ancho, alinearla con el labio o cambiar su tamaño. Aunque pueda parecer un proceso complicado, lo cierto es que son intervenciones relativamente sencillas si es un experto en esta cirugía quien la realiza, que permiten conseguir los resultados deseados.