Con cierta frecuencia acuden a mi consulta pacientes con el objetivo de recambiar las prótesis de mama. Muchas de ellas solicitan el recambio de sus implantes basándose en ideas equivocadas transmitidas por sus cirujanos plásticos o leídas en algunos foros como internet.
Desde el concepto de la “caducidad a los diez años”; la idea del “desgaste” que puede ser visible en una prueba de imagen tipo ecografía o mamografía; o bien, por el consejo del “recambio profiláctico antes de que se rompan las prótesis”.
Por desgracia, este tipo de ideas puede llevar a las pacientes a someterse a una intervención innecesaria y que, en algunos casos, puede acarrear problemas donde antes no los había.