La cirugía plástica y la salud mental están muy relacionadas, pero no siempre por los mismos motivos. ¿Qué nos impulsa a cambiar nuestro aspecto? ¿Es una cuestión funcional o estética? Y, en ese caso, ¿lo hacemos por presión o porque realmente lo necesitamos?
No es lo mismo buscar un buen cirujano para una rinoplastia por problemas respiratorios que buscarlo para hacerse una mentoplastia en Madrid por motivos de belleza. Hoy profundizamos en cuándo y por qué someternos a una cirugía plástica.
Relación entre cirugía plástica y salud mental
La cirugía plástica es una herramienta muy poderosa porque nos permite recuperar la funcionalidad del cuerpo y nuestro bienestar emocional.
Existen numerosos estudios que demuestran que estos procedimientos pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, no todas las personas que buscan cambiar su aspecto lo hacen por motivos saludables.
La salud mental es determinante a la hora de conocer qué lleva al paciente a querer someterse a una cirugía estética. Los motivos más comunes por los que alguien acude a consulta son:
- Inseguridades a causa de características físicas que bajan drásticamente la autoestima del paciente.
- Superar traumas mediante procedimientos reconstructivos tras mastectomías, lesiones o quemaduras.
- Condiciones médicas que la requieran como la cirugía reconstructiva tras un accidente.
Beneficios de la cirugía plástica para la salud mental
- Mejora la autoestima y fortalece la confianza en uno mismo/a.
- Reduce la ansiedad social y permite que la persona aumente su interacción con los demás.
- Aumenta la satisfacción personal cuando se corrigen asimetrías o defectos físicos que son fuente de complejos e inseguridades permanentes.
Pero debemos tener en cuenta que esto no siempre es así, la cirugía plástica tiene sus limitaciones:
- No puede tratar problemas psicológicos ni emocionales profundos.
- Tampoco puede tratar relaciones disfuncionales.
En estos casos es necesario un enfoque terapéutico más que uno estético, o la combinación de ambos.
Entonces, ¿cuándo es recomendable la cirugía?
Lo más importante es realizar una evaluación previa que profundice en la motivación que lleva al paciente a operarse. El candidato a cirugía plástica es aquel que:
- No está influenciado por presión externa y su deseo es una decisión personal libre.
- Es emocionalmente estable. No tiene depresión, ansiedad grave o trastorno dismórfico corporal (TDC).
- Tiene expectativas realistas, es decir, comprende que el procedimiento mejorará su aspecto pero no resolverá todos sus problemas.
Es muy importante la colaboración con profesionales de la psicología para garantizar que el paciente es apto emocionalmente para la intervención.
Consideraciones para el paciente
Como paciente te recomendamos que:
- Investigues a fondo y elijas un cirujano certificado y con experiencia, así como una clínica que cuente con las técnicas más novedosas y todos los requerimientos sanitarios, como la nuestra.
- Consultes con un psicólogo si lo crees necesario.
- Seas consciente del proceso postoperatorio
- Que seas honesto en tu primera consulta y expliques abiertamente qué te lleva a operarte y cuáles son tus expectativas.
La cirugía plástica y la salud mental guardan una relación muy estrecha que debe ser totalmente sana. Pide cita con nuestro equipo para valorar tu caso y encontrar la solución que te proporcione un mayor bienestar y calidad de vida.